Imagen: piel de rata, transición entre la piel gruesa y la piel fina de la mano, teñida con hematoxilina y eosina.
Epidermis: capa epitelial formada mayoritariamente por queratinocitos. Se pueden distinguir las capas epidérmicas: basal, espinosa, granular y córnea.
Estrato córneo: capa de la epidermis formada por queratinocitos muertos. Las capas de queratina se descaman constantemente. Esta capa tiene una función de protección frente a la abrasión y a la desecación.
Dermis: capa de tejido que se sitúa bajo la epidermis, ambas, junto con la hipodermis, forman la piel. Está formada por tejido conectivo denso irregular. La densidad del tejido conectivo depende de la exposición a estrés mecánico.
Hipodermis: capa de tejido que se encuentra debajo de la dermis. La hipodermis está formada principalmente por tejido conectivo laxo y células adiposas. El grosor de esta capa varía según la zona del cuerpo y suele ser más gruesa en zonas donde se acumulan grasas.
Adipocitos: células especializadas en almacenar lípidos. Aunque parecen vacíos, resultado del proceso histológico, los adipocitos están llenos por una enorme gota de lípidos.
Folículos pilosos: son invaginaciones de la epidermis encargados de producir los pelos.
Glándulas sebáceas: están formadas por células secretoras que liberan su contenido al interior del folículo piloso, desde donde llegan a la superficie de la piel. Esta secreción es una sustancia aceitosa denominada sebo.