Es la glándula más grande de las asociadas al sistema reproductor masculino. En humanos tiene el tamaño y la forma de una nuez que se sitúa en la pelvis, delante del recto e inmediatamente debajo de la vejiga urinaria. De esta forma la próstata está atravesada por la porción inicial de la uretra (uretra prostática) que procede de la vejiga urinaria y por los dos conductos eyaculadores que proceden de la unión de los conductos deferentes con los de las vesículas seminales. En humanos jóvenes pesa unos 20 g y ese peso se mantiene por unos 20 años. El tejido prostático es mayormente glandular y está formada por glándulas túbulo-alveolares independientes que secretan su producto, el cual se recoge en la uretra a través de conductos excretores. Las porciones secretoras (adenómeros) y los conductos excretores tienen una estructura similar en toda la próstata, estando ambos inmersos en un estroma de tejido conectivo y fibras musculares que forman tabiques o septos entre las glándulas. Además, toda la glándula está rodeada por una capa de tejido conjuntivo que forma la cápsula, debajo de la cual se encuentra una capa densa de músculo liso. Los septos descienden desde la cápsula. En esta fotografía ambos tejidos se pueden distinguir con claridad debido a la tinción tricrómica utilizada en esta sección, tiñéndose en rojo el tejido muscular liso y en azul las fibras colágenas del tejido conjuntivo (figura A).
La división del parénquima prostático en zonas tiene importancia principalmente clínica. Sin embargo, el número de zonas y la descripción de cada una de ellas es y fue objeto de polémica y desacuerdos desde la clasificación de Gil Vernet en 1953 en tres zonas y la de McNeal en 1968 en cuatro. En clínica se tienen en cuenta, en general, la zona periférica donde se concentra el 70% del tejido glandular, siendo la zona más propensa a la inflamación y donde se concentran la mayor parte de los carcinomas. Histológicamente se describen adenómeros mas anchos y contorno epitelial liso. En la zona central y transicional se localiza el 25% del tejido glandular y no son frecuentes los carcinomas pero sí las hiperplasias benignas. Se describen adenómeros estrechos y epitelio con pliegues.También se regionaliza la próstata atendiendo a los 5 lóbulos creados por los septos: anterior, posterior, medial y dos laterales.
Las glándulas prostáticas se distribuyen principalmente en tres regiones de la próstata situadas más o menos alejadas de la uretra. En la zona central, la más cercana a la uretra, las glándulas reciben el nombre de mucosas periuretrales. La siguiente zona es la de transición donde las glándulas se denominan submucosas periuretrales y se conectan a la uretra a través de conductos cortos. Por último la zona periférica está formada por las glándulas prostáticas principales. Entre 30-50 glándulas túbulo-alveolares desembocan en la uretra prostática a través de 15-30 conductos excretores largos que terminan a ambos lados de la cresta uretral.
Las glándulas túbulo-alveolares individuales tienen un trayecto contorneado por lo que los alvéolos glandulares tienen una forma irregular y un tamaño muy variable. El epitelio glandular está plegado y es, en su mayor parte, pseudoestratificado cilíndrico biseriado y simple cilíndrico (figura B). La altura de las células depende del grado de actividad, más altas cuando son más activas, y cúbicas o casi planas cuando están en reposo. Como en el caso de la vesícula seminal, en la próstata se han descrito dos modos de secreción, la merocrina y la apocrina. En este último caso las prolongaciones apicales del citoplasma que se desprenden reciben el nombre de prostasomas (figura D).
Se han descrito 5 tipos de células acinares en las glándulas de humanos: microvillares con muchos microvilli, secretoras, “perforadas” con cavidades en su interior, en cráter con zonas apicales rotas y células lisas con superficies apicales sin casi microvellosidades.
El producto de secreción de la próstata constituye el 15-20% del líquido eyaculado. Es un líquido lechoso muy fluido que contiene cantidades importantes de ácido cítrico, por lo que tiene pH ácido(en torno a 6,6, y menos de un 1 % de proteínas. Contiene además prostaglandinas, fosfatasas ácidas y enzimas proteolíticos que sirven para licuar la secreción prostática. Entre las proteasas es importante señalar la serina proteasa conocida como antígeno prostático específico (PSA: "prostate-specific antigen") que presenta un alto valor diagnóstico en las enfermedades prostáticas. Una elevada concentración de zinc también es característica, la cual parece contribuir a la estabilidad de la cromatina muy condensada en las cabezas de los espermatozoides. La secreción prostática también contiene inmunoglobulinas de tipo A y poliaminas (coma la espermina) con efecto bacteriostático. Los cristales de espermina (descritos por primera vez por Leeuwenhoek en semen humano) tienen gran importancia en medicina legal para resolver crímenes sexuales. En el interior de las glándulas prostáticas hay ocasionalmente unas estructuras denominadas cuerpos amiláceos, con estructura laminar concéntrica (figura C). Se cree que éstos se forman por precipitación del producto de secreción alrededor de fragmentos celulares. Su número aumenta con la edad pudiendo incluso calcificarse, y se denominan entonces concreciones o cálculos. Pueden aparecer en el semen.
En esta imagen se muestra una parte de la prostata de mono donde no es posible distinguir todas las zonas descritas previamente. Estudios en primates no humanos, como el macaco o el babuino, muestran dos zonas histológicamente distintas que se denominaron zona craneal y caudal. Se ha demostrado que estas zonas son anatómica e histológicamente similares a las zonas central y periférica humanas.
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Bibliografía
Kumar VL, Majumder PK. 1995. Prostate gland: structure, functions and regulation. International urology and nephrology. 27: 231-243.