Atlas de histología vegetal y animal

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La célula. 5. Tráfico vesicular

ENDOCITOSIS

La incorporación de sustancias externas por parte de las células animales es esencial para su supervivencia. La célula dispone de un mecanismo para incorporar grandes cantidades de moléculas extracelulares de forma masiva: la endocitosis. Mediante endocitosis se incorporan moléculas extracelulares englobadas por membrana plasmática, que al cerrarse quedan en el interior celular, sobre todo en forma de vesículas, aunque también en forma de otros compartimentos más grandes. De la misma manera que mediante exocitosis hay un viaje de ida y fusión de vesículas con la membrana plasmática, la endocitosis es un proceso de formación de vesículas en la membrana plasmática con contenido extracelular, las cuales se fusionan posteriormente con compartimentos internos, principalmente con los endosomas.

La endocitosis, además de la incorporación de moléculas externas en grandes cantidades, principalmente para su degradación, tiene otras funciones. Sirve para reciclar moléculas de la membrana plasmática que se incorporarán como parte de la membrana de las propias vesículas o compartimentos que se formen. Otra función menos aparente es compensar los procesos de exocitosis, es decir, eliminar el exceso de membrana plasmática añadida por las vesículas de exocitosis y mantener así una superficie de membrana estable y funcional.

1. Selección de moléculas

Hay tres maneras por los que las moléculas son incorporadas en la endocitosis: en forma soluble inespecífica o pinocitosis, unidas a receptores de membrana o endocitosis mediada por receptor, o formando parte de la propia membrana que constituirá la vesícula o compartimento que origina (Figura 1).

Endocitosis
Figura 1. Las moléculas pueden ser incorporadas por endocitosis mediada por receptor. Para ello son reconocidas de forma específica por receptores de la membrana plasmática. También se pueden incorporar de manera inespecífica en disolución, o pinocitosis.

Pinocitosis

El término pinocitosis se refiere a la incorporación inespecífica de moléculas disueltas. No cabe duda de que parte del contenido de cualquier vesícula que se forme en la membrana plasmática tendrá moléculas disueltas que se hayan colado en el interior de la vesícula de manera inespecífica. Por tanto, en mayor o menor medida todas las rutas de endocitosis realizan pinocitosis. Hay tipos de endocitosis espcializados en la pinocitosis, como es la macropinocitosis, donde la incorporación inespecífica de moléculas es su principal característica, como veremos más adelante.

Endocitosis mediada por receptor

La endocitosis mediada por receptor es el mecanismo de incorporación específica de moléculas reconocidas por receptores presentes en la membrana plasmática. Se han descrito unos 25 tipos de receptores que actúan en este tipo de endocitosis. Con ellos la célula puede incorporar de forma muy eficiente moléculas o partículas que se encuentran disueltas a bajas concentraciones. Estas moléculas específicas se unen a sus receptores y los complejos receptor-ligando convergen en una zona de la membrana plasmática donde se produce la formación de la vesícula que posteriormente viaja hacia el interior celular. El ejemplo más llamativo es la captación de colesterol por parte de las células, el cual se transporta en la sangre unido a proteínas como, por ejemplo, las lipoproteínas de baja densidad (LDL). Las LDL son unos complejos que contienen una gran cantidad de moléculas de colesterol rodeadas por una monocapa lipídica y poseen una molécula proteica que sobresale al exterior. Cuando una célula necesita colesterol sintetiza receptores para los LDL y los traslada a la membrana plasmática. Entonces se produce el reconocimiento entre receptor y LDL, ambos se unen y se agrupan en una zona de la membrana plasmática donde se produce una invaginación. Una vez formada la vesícula, se dirige a orgánulos intracelulares donde las LDL se separan del receptor y son digeridas, liberando el colesterol para ser metabolizado. Cuando se produce algún impedimento en la captación de colesterol, fundamentalmente por fallos en el reconocimiento por parte de los receptores de LDL o por su ausencia, el colesterol se acumula en los tejidos y puede producir arterioesclerosis e infarto de miocardio.

2. Tipos de endocitosis

Dependiendo del tamaño del tipo de vesícula o compartimento, su mecanismo de formación y la naturaleza del material a incorporar, se han descrito diversos tipos de endocitosis. Nosotros los vamos a agrupar en: endocitosis mediada por vesículas recubiertas de clatrina, endocitosis mediada por caveolas, endocitosis mediada por vesículas no recubiertas y macropinocitosis. Vamos a estudiar también a la fagocitosis, una endocitosis un tanto especial porque es un proceso de incorporación de grandes partículas como bacterias o restos celulares, englobados en membranas (Figura 2).

Tipos de endocitosis
Figura 2. Distintos tipos de endocitosis.

Vesículas recubiertas de clatrina

Vesículas
Vesículas

Es el principal mecanismo por el que se incorporan proteínas integrales y lípidos de la membrana plasmática, así como macromoléculas extracelulares que generalmente no exceden los 156 nm, incluyendo algunos virus. Las vesículas se forman en áreas de la membrana plasmática donde se concentra la proteína clatrina, que alterna entre estar libre en el citosol y estar asociada a la membrana plasmática. Podría parecer que este sitio de formación inicial de la vesícula es aleatorio, pero no es así. Hay regiones que favorecen esta nucleación. Por ejemplo, una alta concentración del fosfolípido PI(4,5)P2. En los fibroblastos estas áreas de inicio de formación de vesículas suponen un 2 % del total de la superficie de la membrana plasmática. En estas áreas es donde se concentra la proteína clatrina. La clatrina posee una estructura con tres brazos que se ensamblan entre sí formando pentágonos. Su estructura y su manera de asociarse parecen ayudar a la invaginación y cierre de la vesícula. La polimerización de la clatrina forma vesículas de unos 120 nm. Aparte de la clatrina, hay otras 50 proteínas diferentes involucradas en la formación de la vesícula, todas ellas provenientes del citosol. Entre la clatrina y la membrana celular se disponen estas proteínas que ayudan en muchos aspectos de la formación de la vesícula, como por ejemplo al ensamblaje de las propias moléculas de clatrina. Proteínas como las adaptadoras, y otras proteínas de la cubierta, determinan qué tipo de receptores de la membrana plasmática, junto con sus ligandos, van a ser transportados por las vesículas. Las vesículas de clatrina transportan cargas muy diversas y existe una variedad de proteínas que reconocen a las proteínas que serán incluidas en la vesícula.

La curvatura de la membrana plasmática para formar la vesícula se produce por la acción coordinada de la cubierta de clatrina, los filamentos de actina y las proteínas de escisión. La actina parece actuar en estadios tardíos cuando la invaginación ya se ha producido, y despolimeriza cuando la vesícula se ha formado. Una vez que la vesícula se ha cerrado e internado, la ciboerta de clatrina de desensambla y la vesícula puede ir a orgánulos específicos dentro de la célula, normalmente endosomas tempranos.

Caveolas

Se describieron en los años 50 del siglo XX por P. Palade gracias a imágenes de microscopía electrónica. Son unas pequeñas invaginaciones en la membrana plasmática (45-80 nm) presentes en la mayoría de las células eucariotas que posteriormente pueden transformarse en vesículas, aunque la proporción en que esto ocurre no está del todo clara. Son especialmente abundantes en las células endoteliales, musculares y adipocitos. Su membrana se caracteriza por poseer unas proteínas llamadas caveolinas, además de proteínas periféricas ancladas a glicosilfosfatidil-inositoles, y sus membranas son ricas en esfingolípidos (esfingomielina y glicoesfingolípidos) y colesterol. La propia existencia de caveolinas hace que las células formen caveolas. Hay de 100 a 200 moléculas de caveolina por caveola y existen diferentes tipos de caveolinas en una sola caveola. No sólo se forman caveolas en la membrana plasmática sino que también se observan en el aparato de Golgi. Así que podría funcionar como mecanismo de transporte entre el aparato de Golgi y la membrana plasmática para determinados tipos de moléculas. Cuando se internan desde la membrana plasmática, las vesículas resultantes de las caveolas se fusionan con los endosomas tempranos, aunque algunos autores consideran que lo hacen con un tipo especial de endosoma denominado caveosoma.

Las funciones de las caveolas, sin embargo, no están del todo claras. Aunque se ha propuesto un papel relevante en la endocitosis, esto no parece tener un gran soporte experimental. Se han propuesto otras funciones que incluyen modulación de la transducción de señales celulares puesto que contienen numerosos receptores en sus membranas que son eliminados de la superficie celular, como los receptores tirosina quinasa, y la participación en el tráfico de lípidos entre la membrana y orgánulos interno. Incluso se han postulado como participantes en los mecanismos de supresión de algunos tumores. Moléculas como la toxina colérica, el ácido fólico y otras moléculas entran a la célula gracias principalmente a las caveolas.

Vesículas no recubiertas

Este tipo de vesículas constituye un tipo de endocitosis que no depende de la clatrina ni de la caveolina. Estas vesículas muestran una morfología de sus invaginaciones iniciales y vesículas características, y se identifican porque se producen tras inhibir selectivamente las vías mediadas por clatrina y por caveolina. Algunas toxinas como las del cólera entran preferentemente por esta vía. No se conoce en detalle cuales son los mecanismos por los que este tipo de endocitosis selecciona a las moléculas que transportan. Se sospecha que se pueden concentrar e incorporar moléculas gracias a la acción de las balsas de lípidos. Tampoco se conoce si la formación de estas vesículas es un proceso regulado o no.

Macropinocitosis

Es un proceso mediante el cual se incorporan grandes cantidades de fluido extracelular. En la superficie celular se crean evaginaciones o extensiones del citoplasma a modo de ola con base más o menos circular cuyas crestas se fusionan o caen sobre la membrana plasmática y se fusiona con ella formando una gran vesícula interna o macropinosoma. El mecanismo de formación de los macropinosomas involucra a los filamentos de actina y la proteína motora miosina. La macropinocitosis no sólo se utiliza para captar alimento, como ocurre en las amebas, sino que también sirve para renovar la membrana plasmática. Se activa durante el movimiento celular para transportar grandes porciones de membrana hacia el frente de avance, incluso algunas bacterias son capaces de inducirla en las células eucariotas para introducirse en los macropinosomas y así evitar la fagocitosis.

Fagocitosis

Es un tipo especial de endocitosis que consiste en la incorporación de partículas de gran tamaño como son bacterias, restos celulares o virus. Este mecanismo lo llevan a cabo células especializadas como son los macrófagos, neutrófilos y las células dendríticas. Un ejemplo claro son los macrófagos que fagocitan a los complejos formados por inmunoglobulinas unidas a otras partículas que pueden ser virus o bacterias. También los macrófagos son los encargados de eliminar miles de glóbulos rojos al día. Estas células suelen ser residentes de tejido. Por ejemplo, las células de Kupffer en el hígado, la microglía se localiza en el encéfalo y otros en la médula ósea. Los protozoos utilizan la fagocitosis para alimentarse. Es probable que la fagocitosis haya evolucionado desde un mecanismo inicial para conseguir comida por parte de los organismos unicelulares a un mecanismo de defensa en los pluricelulares.

El proceso de fagocitosis supone un reconocimiento de la partícula por parte de la célula mediante receptores de membrana y la emisión de unas protuberancias laminares o pseudópodos de citoplasma rodeados por membrana. Hay receptores que reconocen a las moléculas de la superficie de los patógenos, otros a la fosfatidilserina de las células apoptóticas, o a las inmunoglobulinas G y componentes del complemento del sistema inmune. Cuando estos receptores unidos a sus ligandos se agrupan disparan el proceso de fagocitosis. Se necesita una cantidad mínima de receptores unidos a sus ligandos para que se de la fagocitosis, si no es así ésta se detiene. De manera que cuando la partícula no tiene suficiente ligando no será incorporada. Sin embargo, los macrófagos tienen una gran diversidad de receptores con diferentes selectividades, que trabajan de manera cooperativa.

Este proceso de emisión de expansiones citoplasmáticas para englobar a la partícula está mediado por los filamentos de actina y la proteína motora miosina. Tales protuberancias rodean a la partícula, fusionan sus frentes de avance y encierran a la partícula formando una gran vesícula o fagosoma que se separa de la superficie y se interna en la célula para ser digerida. Una vez formado el fagosoma se fusionará con los lisosomas para la degradación de su contenido.

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