Entre los derivados de la epidermis están las uñas, estructuras córneas localizadas en la parte dorsal de la punta de los dedos (ver también la Figura 1). Las uñas están formadas por muchas capas aplanadas de células epiteliales muertas cornificadas, se podría decir que es un estrato córneo altamente modificado que no sufre descamación. La zona de la epidermis que genera la uña se denomina matriz, la cual se encuentra en la parte menos distal de la uña. La producción es en forma de oleadas y por ello los cortes perpendiculares de uña tienen un aspecto estriado. Desde la matriz hasta la zona distal y libre de la uña se extiende una epidermis también modificada denominada lecho, a la cual se adhiere el cuerpo de la uña, pero no participa en su formación. La matriz y la uña producida inmediatamente se encuentran bajo un pliegue de la parte más externa de la epidermis denominado eponiquio, la zona de la uña ubicada bajo el eponiquio se denomina raíz, mientras que el resto de la uña se denomina placa o cuerpo. Superficialmente en la zona próxima a la raíz se observa una media luna blanca denominada lúnula; debido a que el epitelio es más grueso que en la lúnula no trasluce el color rojo de los vasos sanguíneos. El epitelio bajo el extremo libre de la uña se denomina hiponiquio. Ni la matriz ni el lecho poseen células pigmentadas en humanos.
La dermis bajo la matriz, pero sobre todo bajo el lecho epidérmico, contiene una gran cantidad de fibras de colágeno. Se estima que el crecimiento de la uña es de aproximadamente 1 mm por día en hombres y 1,4 mm en mujeres.